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Seguramente habrán oído hablar de la leyenda de la fundación de Roma, historia absolutamente falsa por supuesto. Bien, la historia de la que quiero hablarles es la leyenda original, que fue decorada por los romanos y los carlistas para apropiarsela. Esta leyenda tiene bastantes puntos de semejanza con la realidad y es señalada por muchos como la más cercana a la historia. La leyenda comienza en Grecia, concretamente en Olimpia, donde se celebraban los Juegos Olimpicos. Era la prueba más importante de la Olimpiada, la carrera de los cien metros. Competían desnudos (el poeta Boris Izaguirre lo veía todo con gran interés) y en ese momento hacía un frío que congelaba hasta la po...la moral. Se realizó la prueba finalmente y ganó Pistorius, corría con unas prótesis de metal tallado por ninfas (que tenían una importante industria del metal en Frankfurt). Pero los corredores denunciaron que Pistorius corría con ventaja, ya que el metal no sentía frío y por tanto tenía las piernas normales. Los jueces expulsaron a Pistorius por tramposo y él le arreó una patada en la cara al juez superior de deportes en Atenas. Tuvo amnesia y olvidó el resultado de la carrera. Incomprensiblemente, anuló a todos los corredores menos a Rafeo, que fue declarado vencedor.
Los corredores anulados se confabularon y intentaron perpetrar un atentado con gallinas de metano, pero una se tiró un peo antes de la hora señalada y mató a un castrado. Los atletas no se rindieron y persiguieron a Rafeo por mar, que les derrotó en Lepanto a ellos y a los otomanos.
A pesar de esta victoria, el odio hacía Rafeo era general en toda Grecia, menos en unos 300 espartanos que estaban en las Termópilas que les indicaron como ponerse aceite en el cuerpo. Por esto, las deudas de juego y que su mujer era una puta hicieron que cambiara el rumbo hacia el oeste, hacia tierras desconocidas.
En el camino se encontraron a Chuck Norris, que estuvo a punto de hundir el barco de Rafeo con una patada giratoria y a Fraga, que por aquel seguía siendo presidente de Galicia.
Rafeo se encontraba en la actual café que le vendió Zapaterix, el abuelo del abuelo de Zapatero. Se hallaba perdido hasta que un sueño provocado por Zeus le dijó que debía ir al valle del Guadaira, que estaba al sur de España. Su hermano Pepeo le dijó que era mejor ir al valle del Guadalquivir y su primo Ibarretxe que había que ir a Euskalherria. Entonces él, su hermano y su primo se dividieron cada uno con sus hombres a ir al lugar elegido por el jefe.
Al llegar al valle del Guadaira, vió que era el paraíso en la Tierra. Su río era de agua cristalina y tenían un delicioso pan. Rafeo sintió la llamada de Zeus y se dirigió al río. Zeus dijó que si tenía los pies limpios el río estaría limpio para siempre, y si no era así estaría sucio. Rafeo metió los pies y esperó. Esperó tanto que sintió la necesidad de cagar y cagó en el río. Zeus dijó que se quitara del río. Entonces proclamó que el río olería perpetuamente como el zurullo de Rafeo. Lo último que le dijó Zeus fue que fundará una ciudad allí con el nombre de Alcala de Guadaira (lo de que los moros pusieron el al- una mierda, los moros no llegaron a Alcala nunca, ningún ejército ha traspasado las murallas de Alcala, es más, Alcala sigue en la Primera República Española)
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